EGIPTO: UNA CULTURA MILENARIA

Las Pirámides de Giza son un conjunto de monumentos milenarios situados en la meseta de Giza, a las afueras de El Cairo, Egipto. Construidas durante el Antiguo Reino, estas imponentes estructuras fueron erigidas como tumbas para los faraones, siendo la Gran Pirámide, atribuida a Keops, la más emblemática. Junto a las pirámides de Kefrén y Micerinos y la enigmática Esfinge, constituyen uno de los legados más destacados de la ingeniería y la cultura egipcia antigua.

UNA MIRADA CON MILES DE AÑOS

La Esfinge de Giza es una escultura colosal ubicada en la meseta de Giza, cerca de las pirámides, y está considerada una de las obras más emblemáticas del Antiguo Egipto. Con cuerpo de león y rostro humano, se cree que representa al faraón Kefrén y simboliza protección y poder real. Tallada en piedra caliza hace más de 4.500 años, la Esfinge mide aproximadamente 73 metros de largo y 20 metros de alto, y continúa siendo objeto de investigación arqueológica, además de un ícono internacional de la civilización egipcia.

LA TUMBA DE TUTANKAMÓN

La tumba de Tutankamón (KV62), localizada en el Valle de los Reyes en Egipto, es una de las más célebres en la historia de la arqueología debido a su extraordinario estado de conservación y el esplendor de sus tesoros. Fue descubierta en 1922 por el arqueólogo británico Howard Carter, quien había recibido financiamiento del noble Lord Carnarvon.

Al retirar los sellos de la tumba, Carter encontró un conjunto prácticamente intacto de más de 5.000 objetos, incluidos el famoso sarcófago de oro macizo y la icónica máscara funeraria del joven faraón. Este hallazgo fue un acontecimiento sin precedentes, ya que la mayoría de las tumbas reales habían sido saqueadas siglos atrás, privando a los investigadores de información crucial sobre las prácticas funerarias y la vida cotidiana del Antiguo Egipto.

El meticuloso trabajo de excavación y catalogación de Carter tardó varios años en completarse, sentando las bases de la arqueología moderna. Gracias a sus esfuerzos, se reveló una visión única de la opulencia y la complejidad cultural del reinado de Tutankamón (ca. 1333-1323 a.C.), convirtiendo a la tumba en uno de los descubrimientos arqueológicos más importantes de todos los tiempos.

Howard Carter posando para la cámara.

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